Las eras de la belleza
Presento aquí a la mujer cuya belleza
excede y supera su apariencia, todo su ser fulgura en encanto como resultado de
lo que ella es verdaderamente; más allá de lo tangible, de lo imaginable. Una
valoración que la mujer conserva de sí misma, un reflejo que se extiende de su interior,
su cuerpo y su espíritu. De ella, con un arbitrio sensual y puro tan propio,
que hacen que nuestro corazón espire un sentimiento de admiración y gozo. Es la
mujer motivo para el artista, búsqueda constante de la perfección, sinónimo de
la belleza natural, el equilibro y la armonía.
Los artistas que se han dedicado a los
elogios que la mujer merece, coinciden en que ella es belleza que trasciende a
los tiempos. El arte se ha rendido ante su presencia y las han hecho
inmortales. Los artistas, filósofos, músicos, fotógrafos y escritores dedicaron
un espacio para rendirles pleitesía, admiración, adoración y tributo. Desde
épocas tan pretéritas como el inicio de las eras, hasta el día de hoy donde
reina con esplendor a causa de sus ímpetus de libertad y liderazgo.
Los orígenes
de la dedicación estética de la mujer se remonta a la prehistoria. La cualidad
que más se apreciaba de la mujer antigua era la fertilidad. Esto se nos muestra
con figuras encontradas de ella voluminosa e incluso deforme, lo cual refleja
el interés que se sentía por la continuidad del grupo. La belleza femenina se
medía por su cualidad reproductiva, la común desnudes del clan no daba pie para
admirar sus formas pero si la continuidad de la especie, motivos de guerras
entre clanes, privilegio para los reyes y sacerdotes. En algunas culturas ella
sobresalía como símbolo de divinidad, Mujeres que usaron su inteligencia y
poder para gobernar imperios y doblegar mandatos con el uso estratégico de sus
encantos.
La
mítica belleza de las reinas del antiguo egipcio es ampliamente conocida, eran
muchas las formulas que utilizaban para embellecerse. Poniendo una atención
especial en el cabello, la piel y los ojos. El Cabello era teñido con distintos
matices. La piel era cuidada con baños de leche, aceites y perfumados para
obtener tersura y suavidad, Los ojos
eran remarcados en negro engrandeciendo y suavizando su forma natural con los
parpados ensombrecidos para contrastar con su retina y enfatizar la mirada.
Grecia,
la civilización de la belleza, donde se prestaba mayor atención a los cuerpos.
Es en Grecia donde se establecieron los primeros cánones de la belleza, donde
se negaba la grasa y los senos voluminosos, tras el baño, se aplicaban aceites
perfumados elaborados de flores de tomillo, rosas y jazmines. El maquillaje,
básicamente en azul y negro para los ojos, carmín para las mejillas, labios y
uñas; La piel clara connotaba pasión, y el vestuario sencillo y poroso
exaltando sus siluetas. Todos sus dioses
eran adonis perfectos de mente, cuerpo y espíritu; siendo las diosas, dignas de
ser imitadas por las perfecciones que sustentaban.
En
el imperio romano la estética constituyó una auténtica obsesión. Hombres y
mujeres atesoraban fórmulas de cosméticos. Se maquillaban, peinaban y depilaban
por igual. Baños y masajes, vestidos y peinados o el cuidado del cuerpo no eran
exclusivos del sexo femenino, todos los romanos querían embellecerse y cuidarse.
Se inició la costumbre de tener esclavos dedicados exclusivamente al cultivo de
la belleza de sus amos. Las esclavas se especializaron en temas concretos:
baños, maquillaje, tocados. No existía
un único ideal de belleza, ya que las sucesivas conquistas del imperio romano
recogieron influencias dispares de los pueblos dominados.
Durante
la edad media engordar era símbolo de riqueza y salud. El atractivo se centraba
más en la ornamentación externa del cuerpo y apenas se distinguía la vestimenta
de ambos sexos. A partir del siglo XVI se empieza a diferenciar la ropa entre
hombres y mujeres, se contempla esta época como el inicio de la moda. Ungüentos y cremas de
todos los tipos. El ideal de belleza, era el cabello rubio y rizado; de piel
clara, con nariz recta y fina, una silueta esbelta y con caderas flexibles. Las solteras llevaban una corona de flores
como símbolo de virginidad, las casadas se cubrían con un velo. En la mitad de
la Edad Media, los colores toman el mando y dividían el cuerpo en dos y de forma longitudinal, era
un traje mitad y mitad. Ya al final de
este período llevaban cola larga y ajustadas mangas.
En
el renacimiento, es el arte el que impone ideales de belleza, inspirado en la
estética, basado en la armonía y la proporción. Dentro de las producciones
artísticas, ha quedado como emblemática en la historia del arte el nacimiento
de “Venus” de Sandro Botticelli. Las características femeninas son bien
conocidas: piel blanca, sonrosada en la mejillas, cabello rubio y largo, frente
despejada, ojos grandes y claros; hombros y cintura estrechos, caderas y
estómagos redondeados; manos delgadas y pequeñas en señal de elegancia y
delicadeza; los pies delgados y proporcionados; dedos largos y finos; cuello
largo y delgado; cadera levemente marcada, senos pequeños, firmes y torneados;
labios y mejillas rojos y sonrosados.
La
belleza de la mujer en el barroco estuvo caracterizada por ser la edad de la
apariencia y la coquetería. Lo que más destaca de esta época es el uso y abuso
tanto de perfumes, lunares postizos o pintados; peinados pomposos, el uso de prendas de vestir
como corsés muy ceñidos al cuerpo, encajes, ropas suntuosas, zapatos de tacón,
espejos y joyas. En cuanto al aspecto físico, se puede adivinar bajo los
ropajes unos cuerpos más rellenitos que en épocas anteriores, pechos más
prominentes resaltados por el uso del corsés, caderas anchas y cinturas
estrechas, hombros angostos y brazos redondeados y carnosos, la piel blanca
sigue siendo un referente de belleza.
En
la belleza en la edad contemporánea se distingue el progresivo adelgazamiento,
el arquetipo de belleza en la mujer ha llegado al extremo de imponer, a partir
de los años 90; un canon de belleza dominando por una delgadez extrema, en
muchos casos antinatural. Este ideal de belleza, impuesto por las estrellas de
cine, la música, la publicidad y la moda, han derivado en algunos casos, en
problemas físicos basados en alteraciones en los hábitos alimenticios y de
autoestima, ya que el ideal de belleza imperante se percibe como algo
inalcanzable y la mujer de hoy puede llegar a sentir que su cuerpo es
inadecuado. Es frecuente en la mujer contemporánea el concepto de anorexia.
La belleza es una de las ideas más sugestivas del arte. Ha sido adorada
como el más alto valor artístico y denigrada como un delito estético. El
deleite de la belleza que se encontraba en el siglo XIX se truncó al pasar al
XX, con una de las máximas de las vanguardias, el ser deliberadamente
antiestético. Duchamp, con su urinario, asestó un golpe mortal al anhelo de
belleza que se creía implícito al arte. Desde entonces, su presencia parece
haberse ido para no volver, aunque la duda aviva hoy uno de los debates más
polémicos del arte: ¿Dónde habita y qué forma tiene? ¿Para qué sirve? ¿Importa
en el arte hoy?